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«Vivir asi»

Pero que quieres que te diga, quiero que tomes mi vida y la eleves al cielo mismo, que me digas hoy que no somos igual que antes, que tu y yo somos dos unidos por un solo sentimiento; que no me necesitabas pero que agradeces a Dios habernos conocido, vivir así es jamás morir, es nuestro amor un motivo para vivir la vida, y vivir en tus recuerdos no es más una opción, quiero que seas la dueña de mis letras y de mis sueños, de mis deseos y de todo aquello que nadie más quiso,  así mismo yo agradezco a Dios quien te hizo, y me permitió verte por primera vez en aquella plaza vacía.

Siempre es así, cuando el corazón se entrega, no hay más razón ni dolor, no hay más culpa ni prisa, hoy solo necesito que encuentres tu lugar en mis brazos, hoy solo quiero que me mires como yo te miro, vivir así será jamás morir y cubrir al cielo con nuestro amor.

Temor

Estoy aquí,

frente al árbol gigante de manzanas,

trepo un poco y pruebo unas cuantas,

me maravillo de lo que he sentido,

me avergüenzo de lo que he vivido,

quisiera llegar  a la punta pero no la veo,

subo, subo y subo, no la encuentro,

quiero ahora bajar, no puedo,

aquí el camino es, solo al cielo,

cambio de ramas y pruebo variedades,

la vergüenza crece,

no quiero más verdades,

tomo un lazo roído y desgastado,

me siento, vendo mis ojos,

y perdida en el centro,

finjo jamás haber llegado.

 

Un mundo irreal

Me han afirmado que el cielo no existe,

que todo es producto de una ilusión,

llevo veinte años mirando mentiras,

soñando intranquila con el falso azul.

*

Yo lo creía, creí que existía,

no hay nada allá arriba,

salvo gas y vapor,

Yo lo creía,  creí que existía,

tremenda y triste desilusión.

*

Escribí, pensé y soñé con él,

convencida estaba de poderle ver,

cante mil canciones,

que juraban existía,

y yo, tontamente,

¡Hasta lo llegué a oler!

*

Miro hacia arriba,

y aun pienso en el cielo,

hay días que juro,

que arriba está,

me miro al espejo,

(si es que existe),

y me digo, mi niña,

si creías esa inmensa mentira,

cómo ibas tú a ver,

que el amor;

es un espejismo más.

«Contigo»

No fue necesario más que un simple silencio para hacerte caer, no hizo falta nada más que mirarte el alma y besarte las manos;  sé que estas perdida entre tanto amor, pero solo ten presente que respiro por tu causa y que eres tú la única que puede darme esa libertad que decidí perder lejos de ti.

No hubo más que un segundo, un presente tan corto que aun no se convierte en pasado y que sigue siendo la razón por la que el futuro ha dejado de ser lo que era, no necesito muchas cosas de ti, no te pido más que unas horas a la semana, solo tu sinceridad, solo aquel recuerdo que gustes olvidar, una sonrisa que no gaste tu economía de felicidad, y solamente que allá donde tu vayas me permitas ir contigo…

Transición

 Acariciabas mis pies,

el fuego delante consumía las brazas,

mientras el sol la mañana encendía,

te miraba confundida,

como una niña que nada sabía.

*

Acariciando mis pies,

conocí el fuego de tus brazos,

mientras el sol a la luna daba paso,

te miraba sorprendida,

queriendo dejar de ser niña.

*

Acariciaste mis pies,

por dentro yo me consumía,

mientras el sol iluminaba mis heridas,

huía de ti mi mirada entristecida,

añorando a aquella niña.

*

Acaricias mis pies,

el fuego latente permanece,

mientras el sol brilla nuevamente,

te miro sin saber como mirarte,

como una mujer que aun es niña.

«10 de mayo»

Se dice popularmente que madre solo hay una, y esta frase es una verdad a todas luces, dicen también que la única democracia es la muerte porque a todos nos toca, pero creo que las madres son también una clase de democracia porque todos somos tocados en el corazón por ellas.  Y es que si algo es mágico eso es, sin duda, la relación que los hijos tienen con su madre, a pesar de todos los errores y de todos los problemas dudo que exista un corazón tan duro como para no sentir un amo verdadero por su mamá.

Y llegando a este punto debo reconocer que me siento profundamente afortunado, no por tener la mejor madre del mundo, porque sé que muchos pelearían por ese puesto, pero si por tener una madre perfecta para mí; quien desde pequeño se desvivió por mí, cambiando comodidades, lujos y un sinfín de cosas por mí, entregándome su amor, cariño y protección sin que yo siquiera se lo pidiera. No existe amor más puro, ni cariño más leal que el de una madre por sus hijos, y eso es algo de lo que puedo testificar con mi propia vida, pues sin importan cuan imperfectos y hasta malagradecidos seamos los hijos, en el corazón de una madre siempre podremos encontrar esa mágica palabra que nadie más nos otorgaría tan fácilmente; el perdón.

No quisiera terminar sin dar una pequeña sugerencia, nacida de una plática con mi mamá hace algunos días a raíz del día que hoy celebramos, no hace falta esperar 364 días para decirle un te quiero a nuestra madre y mucho menos hay que esperar tanto tiempo solo para darle un obsequio material que ni siquiera desee (como planchas, lavadoras y todo eso que les recuerda todo lo que no tiene que hacer pero que por amor hace), cada día es una nueva oportunidad para hacer sentir querida a nuestras mamás, cada día es perfecto para regalarles la oportunidad de sonreír con nuestros triunfos que son tan nuestros como suyos,  cada día es idóneo para pedir perdón por esos errores que nuestra naturaleza humana nos deja hacer, cada día es perfecto para ser el día de las madres.

¡Feliz día mamás!

Cruzaron miradas siguiendo cada una su camino,
sin importar cual sería el destino de la otra,
la escena fue repetida múltiples veces,
hasta el momento que inició su duelo.
Mantuvieron la vista contundente característica en las serpiente,
amenazadoramente delimitaron su círculo de guerra,
las aves bullangueras marcaron su territorio,
eso era una contienda clara,
una batalla copin contra copin.
Con el más clásico serpenteo ambas levantaron la cabeza,
asomando su lengua bífida, con lumbre en los ojos se retaron,
notoriamente la batalla comenzaba,
se avalanzó una sobre la otra,
y en un brusco cambio,
los conceptos se aclaraban,
la víctima logró zafarse,
y en un serpenteo con sutil sensualidad,
cambió de lugar con su captor,
era clara ahora la batalla dual,
ella teniendo el poder, cedió,
él, desenfrenadamente la envolvió,
para las aves era obvio el cortejo entre los dos,
mas ellos se negaron a sentir tal emoción,
terminaron el encuentro en una indeseada y hermosa polución interior,
como ejercitos opuestos después de una guerra sin ganador.